martes, 26 de octubre de 2010

BOLAÑOMANÍA



Hace unos años, a raíz de la traducción de Los detectives salvajes de Roberto Bolaño al sueco, le escribía a mi amigo Jorge Gómez Jiménez, diciéndole que esperaba que ése fuera el inicio de la “bolañomanía" en Suecia. La publicación de Los detectives por la pequeña pero muy renombrada editorial Tranan, en la soberbia traducción de Lena E. Heyman, había recibido excelentes críticas y las expectativas del público de saber más sobre Bolaño hicieron pensar que pronto veríamos más títulos del escritor chileno en las librerías suecas.

 Lo cierto es que tuvieron que pasar dos años antes de que Tranan lanzara otra novela de Roberto Bolaño. Esta vez fue Nocturno de Chile que se dió a conocer en sueco, de manos de la misma traductora. Y si bien la crítica volvió a elogiar con entusiasmo la calidad del texto, el éxito de ventas fue muy limitado.

Portada de Los Detectives Salvajes en sueco
La historia de la publicación de Bolaño en sueco tiene que ver con la historia de la editorial Tranan. Fundada en 1997 por el ex-profesor y experto en cooperación internacional Styrbjörn Gustafsson, la editorial tuvo como objetivo dar a conocer en Suecia la literatura del llamado Tercer Mundo. Es decir, en un mercado saturado de las novedades anglosajonas, el esfuerzo de Tranan de introducir literatura de calidad del ámbito no-europeo fue cálidamente acogido por los críticos y la intelectualidad sueca en general. Pero no es fácil sobrevivir con sólo buenas intenciones y la situación de Tranan es un testimonio de ello. Aunque los textos publicados suelen recibir excelentes críticas y aparecer en las listas de recomendados de los suplementos culturales de los periódicos, las ventas suelen ser limitadas. Cuentistas vietnamitas, novelistas hindúes, ensayistas mexicanos: Tranan apuesta a la calidad, pero esa apuesta raras veces hace ricos a los editores.

En el caso Bolaño, Tranan tuvo el coraje de lanzar Los detectives salvajes, una gruesa novela (más de 700 páginas) de un – hasta entonces – desconocido escritor chileno, plagada de referencias políticas e históricas locales y guiños literarios muy difíciles de traducir. Este hecho es muy meritorio, pero el problema es que este proceso, desde la adquisición de derechos hasta el lanzamiento del libro al mercado –ya de por sí largo para muchas editoriales- para las editoriales independientes suele resultar extremadamente largo. Tranan tardó tres años desde la decisión del lanzamiento de Los detectives salvajes, hasta que el libro llegó al mercado. Afortunadamente, la Agencia Leonahrdt & Höjer, que en ese entonces poseía los derechos de los libros de Bolaño, no tuvo objeciones al proyecto.

 El forcejeo por 2666


Portada de 2666 en sueco
 Pero el libro más esperado de Bolaño era, sin duda, 2666, su novela póstuma. A mediados del 2009 Lena E. Heyman ya había iniciado el proceso de traducción al sueco y la editorial Tranan esperaba solamente el visto bueno de Wylie Agency (actual poseedora del derecho de venta de las obras de Bolaño) para lanzarla al mercado. La sorpresa fue que la nueva agencia, a espaldas de Torbjörn Gustafsson, había contactado a la editorial sueca más poderosa, Albert Bonniers förlag (1), para ofrecerle los derechos de 2666 y otras obras del mismo autor. Bonniers aceptó inmediatamente y anunció repentinamente la pronta aparición de 2666 bajo su sello editorial. Esta circunstancia despertó una gran polémica en el ámbito editorial sueco, dado que, hasta ese momento, un autor “pertenecía” a la editorial que lo había “descubierto”. Es decir, cuando una editorial pequeña como Tranan había asumido el riesgo de publicar a un autor de calidad pero desconocido para el público sueco, y había logrado un éxito con su lanzamiento, el llamado “código de honor” editorial estipulaba que ese autor debía seguir perteneciendo a Tranan, aunque desde el punto de vista legal el negocio era correcto.

El suceso generó un debate entre Gustafsson, quien calificó el hecho de “robo, al menos en sentido moral” ya que nunca había “perdido” a un escritor de esa manera, y Stephen Farran-Lee, editor de Bonniers, quien respondió que este procedimiento no era nuevo en el mundo editorial y que él respetaba el derecho de los sucesores de Bolaño, quienes prefirieron una editorial establecida para la difusión de la obra del escritor chileno. Finalmente, los ánimos se caldearon, Gustafsson aceptó los hechos (reconociendo que su editorial no tenía la capacidad económica para mejorar la oferta de la competencia) y 2666 se publicó finalmente a través de Bonniers, quienes, afortunadamente, tuvieron el tino de contactar a Lena Heyman, quien ya tenía la traducción muy avanzada.

2666 acaba, entonces, de aparecer en sueco y la recepción no pudo ser más elogiosa. Los críticos han puesto por las nubes la obra magna de Bolaño, calificándolo de obra maestra, innovadora, inolvidable. El crítico literario Fabian Kastner del Svenska dagbladet (uno de los dos matutinos más importantes de Suecia) concluye su reseña diciendo: “Después de haber leído atropelladamente todo el libro en menos de una semana, puedo solamente dar cuenta de mis impresiones más inmediatas: una sensación casi religiosa de haber experimentado algo regocijante, asombroso, casi sublime”. Jonas Thente, crítico del Dagens Nyheter (el otro matutino) y temprano admirador de la obra de Bolaño, no había podido esperar a la traducción del sueco y ya en el 2009 había reseñado la traducción al inglés de 2666, diciendo que su lectura lo había sumido en un “estado agudo de felicidad”. El comentario más corto, y quizás el más certero, de 2666 fue el del crítico Nils Schwartz: “ difícil de resumir, imposible de olvidar”.

Esperemos que la “bolañomanía” que tan agudamente afecta a críticos y escritores suecos, afecte con la misma intensidad al público lector. Y que nadie se olvide que el vaticinado éxito de ventas de 2666 se deberá, en mucho, al esfuerzo pionero de Styrbjörn Gustafvsson y de la Editorial Tranan.
Ilustración de Stefan Malmquist

Nota: 
(1) Albert Bonniers Förlag, fundada en el año 1837, es una de las editoriales más antiguas y renombradas de Suecia. En la actualidad, publica unos 150 títulos y unas 80 reimpresiones por año, en las categorías prosa, poesía y literatura especializada. Es la más importante del país de libros de ficción.

6 comentarios:

  1. Muy interesante, Lilian. Por suerte existen esas pequeñas editoriales para difundir esa literatura.

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  2. Sin duda. Hacen un trabajo admirable. Un abrazo, Frank!

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  3. esas pequeñas editoriales son la rabia, el conocimiento, la revuelta estética...sin ellas estaríamos perdidos.

    Bolaño y sus detectives me cambiaron la vida.

    un saludo.

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  4. Sí, así debe ser, la lectura de los grandes nos cambia. Por eso amo a Bolaño, y a la literatura.

    Gracias por recordármelo.

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  5. Muy interesante información. Gracias desde Barcelona, España.

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  6. Gracias por la visita, Claudio Alejandro. Y feliz de tí, por vivir en la bella Barcelona...

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