domingo, 9 de enero de 2011

AGATHA


Dama del Imperio Británico y Reina del Crimen



El 15 de septiembre de 1890 nació en Torquay, condado de Devon, Inglaterra, una niña que recibiría el nombre de Agatha Mary Clarissa Miller. Su nacimiento fue recibido con gran alegría por sus padres, el norteamericano Frederick Alvah Miller y la inlgesa Clarissa Margaret Boehmer, quienes ya eran padres de un niña de once años, Madge, y un niño de diez, Monty. La pequeña Agatha vivió una infancia feliz en el seno de una familia de clase media acomodada, en un ambiente idílico de la campiña inglesa.

Éste es el inicio de una historia que bien podría ser la de muchas niñas de la época en condiciones similares, pero que en este caso significó el nacimiento de una de las escritoras más leídas de todos los tiempos: Agatha Christie. Honrada con diferentes premios, doctorados, e incluso con el muy codiciado título de Dama del Imperio Británico, Agatha Christie es más conocida actualmente con el apelativo de “Reina del Crimen”, que con fervorosa admiración le otorgaran los millones de lectores que hasta hoy siguen disfrutando de sus inconfundibles novelas y misterios.

Igualmente fascinante es, sin duda, la historia de su vida. A pesar de haber sido educada por su madre, en forma privada, en el ambiente victoriano de la época, Agatha Christie transgredió, con increíble naturalidad, los parámetros que su educación y su época quisieron imponerle. La escritura y los viajes fueron su pasión, y el reconocimiento que alcanzó, inclusive durante su vida, fue inigualable. Christie escribió, en aproximadamente 50 años de producción, 80 novelas e historias breves, una docena de obras de teatro, seis novelas románticas (con el seudónimo de Mary Westmacott), tres libros misceláneos y una autobiografía. Se estima que ha vendido alrededor de dos billones de libros en todo el mundo, y ha sido traducida a una gran cantidad de idiomas (que varía, de acuerdo a las fuentes se consulten, entre los 45 y los 103 idiomas). Agatha Christie es, según el Guiness record book, el escritor que más libros ha vendido en el mundo (“best-selling fiction author of all time”)


Primeros años: infancia y juventud




La pequeña Agatha vivió los primeros once años de su vida en un ambiente familiar armonioso, rodeada del cariño de sus padres y hermanos. La madre decidió que su hija más pequeña realizara sus estudios en el hogar, dado que la niña, ya a los cinco años, había aprendido a leer sola. Bajo su supervisión y la de algunos profesores privados, Agatha recibió los conocimientos básicos de la enseñanza elemental. La niña gustaba representar obras de teatro y se cuenta que fue su hermana Magde quien la incitó a escribir. Paralelamente a sus estudios, Agatha aprendió a tocar el piano y a cantar. Esta vida idílica se interrumpe en forma dramática para la niña cuando el padre muere repentinamente. La situación familiar obviamente se modifica y la relación ya estrecha entre la niña y su madre se intensifica. Para poder sostenerse económicamente, Clarissa Miller decide alquilar la casa familiar durante los inviernos, mientras la familia se traslada temporalmente a Egipto, lo cual contribuyó a que Agatha se acostumbrara tempranamente a los viajes. Esto se repetiría todos los inviernos, hasta que, a los 16 años, la joven Agatha es enviada a Paris para realizar estudios de canto y piano. Pero la carrera de cantante de ópera que su madre había planeado no llega nunca a concretarse, en parte por recursos vocálicos insuficientes, pero también a causa de su timidez. De regreso de París, viaja junto a su madre a El Cairo, donde pasan el invierno, como en los viejos tiempos, y donde la joven escribe su primera novela (que nunca se publicará).

A los 22 años (1912), Agatha se compromete con Archibald Christie, piloto de las Fuerza Aérea del reino (Royal Flying Corps), con quien contraerá matrimonio dos años después, poco después de la declaración de la Primera Guerra Mundial. Durante los años de Guerra, mientras su esposo combatía en Francia, Agatha se enrola como enfermera voluntaria en el Hospital de la Cruz Roja de su ciudad natal, Torquay. Allí adquiere los conocimientos sobre medicinas y substancias tóxicas (completó un examen de farmacéutica) que tanto le servirían en la redacción de sus novelas. Este ambiente le inspirará la trama de lo que será su primera novela: El misterioso caso de Styles, escrito durante dos semanas de vacaciones. El manuscrito fue rechazado por varias editoriales, hasta que finalmente se publicó en 1920, con mediano éxito. Este fue el punto de partida de la carrera de quien en adelante se conocería como Agatha Christie (aún luego de su divorcio) y que a partir de aquí comenzaría a producir con extrema facilidad un gran número de novelas, pero también un volumen de poesía, llamado The Road of Dreams (1925). En 1919 nace su hija Rosalind.

Los años posteriores - si bien continuó con la publicación de sus novelas, que eran cada vez más exitosas -, fueron extremadamente duros para la escritora. Dos hechos desequilibraron su vida: primero la muerte de su madre, a quien se sentía profundamente unida, y luego la crisis de su matrimonio. Su esposo la abandona por otra mujer, y la pareja obtiene el divorcio en 1928. Durante el proceso de separación, Agatha Christie sufre una crisis emocional, con ataques de amnesia, durante uno de los cuales desaparecería durante once días sin dar señales de vida. Reaparece luego en un hotel sin poder dar explicaciones de su conducta, suceso que ha dado lugar a diversas especulaciones, y que se recrearía en la película Agatha (1) de 1979, con Vanessa Redgrave en el rol principal.


Amor en Mesopotamia



Luego de su divorcio y del escándalo que ocasionó su desaparición, Agatha Christie siente la necesidad de recluirse y encontrar la tranquilidad necesaria para poder seguir escribiendo. Finalmente, decide instalarse en las Islas Canarias, donde residió durante dos años. Allí escribió muchas de sus más conocidas obras, como El enigmático Mr. Quinn y El misterio del tren azul. Ya en esta época se establece internacionalmente como una de las más prolíficas y exitosas escritoras de novelas policiales. Unos años después, y ya recuperada de su dramática separación, Agatha Christie retoma lo que, junto con la escritura, sería su pasión: los viajes. En uno de ellos, en la ciudad de Ur en Irak, conoce al joven arqueólogo Max Mallowan, catorce años menor que ella. La atracción es mutua y en 1930, la pareja contrae matrimonio (el cual duraría 46 años, hasta el fallecimiento de la escritora a los 85 años). Los flamantes esposos Mallowan (aunque Agatha conservaría siempre el apellido de su primer marido para la escritura) deciden realizar juntos los viajes de carácter arqueológico que la profesión de Mallowan exigía. Agatha participó activamente de las expediciones y llegó a poseer conocimientos profundos en la materia, a la vez que muchos de los ambientes exóticos que visitaba la inspiraron en la escritura de varias de sus más conocidas obras, como Asesinato en Mesopotamia, Muerte en el Nilo o La venganza de Nofret.

Durante la Segunda Guerra Mundial, vuelve a colaborar como voluntaria en una farmacia militar, donde actualizó sus antiguos conocimientos en toxicología, además de seguir escribiendo sin cesar. Como muchos de sus contemporáneos, Agatha Christie condenó la guerra (donde perdió a su yerno, el marido de su hija Rosalind) entendiendo que en una guerra  sólo quedaban perdedores.

En 1960, a los 70 años, la UNESCO la declaró oficialmente como el autor más vendido del  mundo. Para entonces, Max Mallowan, su marido, ya se había convertido en un eminente arquólogo y sería ennoblecido por la reina. Agatha Christie pasó entonces a titularse Lady Mallowan. En 1961 fue designada miembro de la Real Sociedad de Literatura y Doctora Honoris Causa en Letras por la Universidad de Exeter. En 1970, celebró sus 80 años con una fiesta magnífica, fue retratada por el célebre pintor Oscar Kokoschka y posó para el Museo de Cera de Madame Tussaud. En 1971 se le concedió el entonces muy poco frecuente título de Dama del Imperio Británico, en reconocimiento a su obra literaria. A partir de aquí su salud se debilita y Agatha Christie se retira de la vida pública, dedicándose exclusivamente a la compañía de su esposo y de su adorado nieto Matthew, hijo único de Rosalind. Matthew Prichard es, actualmente, el heredero universal de Agatha Christie, a quien la escritora ya en vida cediera los derechos de autor de su vasta obra.

Agatha Christie falleció, luego de un corto período de enfermedad, el 12 de enero de 1976, a los 85 años de edad, en Winterbrook House, Cholsey, Oxfordshire, y sus restos descansan en el cementerio de la iglesia de St. Mary en Cholsey.



Reina del Crimen


A pesar de su fallecimiento hace ya 35 años, la popularidad de Agatha Christie sigue intacta. Sus libros siguen siendo leídos en todo el mundo y aún siguen organizándose festivales sobre su obra y otorgándose premios con su nombre. A su fama ha contribuido también, además de su obra, una larga serie de rodajes de las novelas tanto para el cine como para la televisión. El fuerte de Agatha Christie fue la novela detectivesca o de suspenso, en ciertos casos llamada “misterios”, en donde se le presenta al lector un misterio (frecuentemente un asesinato), el cual se resuelve gracias al ingenio de un policía, un detective o simplemente un personaje más del relato, quien astutamente y gracias a su poder de deducción (y su conocimiento de los mecanismos de la conducta humana) logra resolver el caso. En las novelas de Christie, los misterios son resueltos más por inteligencia e intuición que por minucioso trabajo detectivesco. Los escenarios de sus novelas son espacios cerrados, generalmente pequeños poblados ingleses o haciendas en el campo, habitados por personajes de clase media acomodada, lo que limitan la cantidad de sospechosos. La idea es permitir al lector ensayar hipótesis e intentar adivinar la identidad del culpable antes de acabar la lectura del relato.

Los textos más populares de Christie fueron, y son todavía, los protagonizados por dos figuras ya legendarias, con las cuales la escritora trabajaba en dos series paralelas. Una es la de Hércules Poirot, excéntrico detective belga residente en Gran Bretaña; y la otra es la inconfundible Srta. Marple, una vivaz sexagenaria con un agudo poder de observación. Mientras que Poirot concentra su trabajo en los ambientes urbanos, la Srta. Marple es la típica solterona de provincias, cuyo máximo entretenimiento es observar la vida de sus vecinos. Y aunque suene como una descripción antipática, lo cierto es que la Srta. Marple se nos presenta como una dama sabia y agradable, profundamente conocedora de la psiquis humana. Hércules Poirot es introducido a los lectores en uno de los primeros libros de Agatha Christie, el mencionado El misterioso caso de Styles (1920), mientras que la figura de la popular Srta. Marple aparece recién diez años después en El asesinato en la vicaría (1930). Agatha Christie continúa escribiendo estas dos series en forma paralela, pero ya en los años 40 había escrito las dos novelas que cerrarían ambos ciclos: Telón: último caso de Poirot (publicado 1975) y Un crimen dormido (publicado en 1976), cuyos manuscritos fueron encerrados en una caja de seguridad en un banco de Londres por la misma autora, para publicar después de su muerte y de esa manera asegurarse que nadie más seguiría utilizando estas figuras tan queridas para su creadora. En 1977 se publica, también póstumamente, Una autobiografía, que Agatha Christie redactara unos diez años atrás. Es un grueso volumen de recuerdos, escritos con la misma soltura y agilidad que caracteriza el estilo de la autora, aunque no cubre todos los episodios de su vida ni sigue un riguroso orden cronológico.


Lo interesante de los misterios de Agatha Christie es esa capacidad única de la escritora inglesa para mantener el suspenso hasta el último minuto, tejiendo y destejiendo tramas y posibles soluciones, y cuya resolución no se develará hasta último minuto. Muchas veces ha sido criticada por salirse de las reglas del género y echar mano a recursos inusuales (como en El asesinato de Roger Acroyd o en Diez negritos), pero probablemente sea ésa otra de sus virtudes de narradora, y las novelas mencionadas siguen siendo consideradas como clásicas en su género. Los textos de Agatha Christie exhiben además una fina ironía y un delicado sentido del humor, con frecuencia expresado por personajes que tienen la madurez suficiente para ironizar sobre sí mismos. Su construcción del diálogo es ágil y segura; no le preocupan, sin embargo, los aspectos sociales o morales de la intriga y lo cierto es que Agatha Christie nunca tuvo como objetivo realizar una crítica social o mostrar las deficiencias de su sociedad, como muchos actuales escritores policiales aspiran en la actualidad. Agatha Christie deseó entretener a sus lectores con misterios inteligentemente construidos, y lo hizo magistralmente. Sus lectores se lo agradecen y siguen admirándola incondicionalmente como la indiscutida “Reina del Crimen”.


 (1) Trailer de la película Agatha de 1979, con Vanessa Redgrave y Dustin Hoffman

3 comentarios:

  1. Pues, la envidia de todo escritor: mantener al lector pegado al texto de principio a fin! Y sin embargo (hay que ver de lo que es capaz la misoginia) su obra sigue siendo obviada por la academia y por la crítica "seria"... lo que es la vida, ¿no?

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  2. Exactamente! Una de las más nobles funciones de la literatura, entretener! Por qué será tan mal visto? Agatha Christie entretiene con inteligencia y elegancia, hay que sacarse el sombrero! No todos los lectores están a la espera de la crítica social y la profundidad filosófica. Por suerte, hay tanta variedad de escritores como de lectores, así que la lit. de AC cumple su función con creces.
    Abrazos!

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  3. muy buena reseña de su vida y su obra. recién me estoy acercando a esta autora. soy feminista y las vidas de estas mujeres sobresalientes siempre me emocionan. saludos!

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