domingo, 17 de octubre de 2010

ARGENTINA: CULTURA EN MOVIMIENTO Feria del libro de Frankfurt 2010



La primera impresión que se tiene llegando a la ciudad de Frankfurt es la de una ciudad supermoderna: altísimos rascacielos, boutiques de lujo, restaurantes de calidad y elegantes hombres y mujeres que pasean por las calles disfrutando de un notorio bienestar. Y es que la ciudad de Frankfurt am Main se ha transformado actualmente en una de las ciudades más importantes de Europa. El skyline del distrito financiero, sede del Banco Central Europeo, poco tiene que envidiarle al de Nueva York (lo que le ha valido a la ciudad el apodo de “Mainhattan”). A esto hay que agregarle un aeropuerto enorme (el más grande de Europa y el que ve pasar la mayor cantidad de viajeros, después del de Heathrow), una floreciente industria editorial y un centro de exposiciones monumental donde, entre otras cosas, todos los años se celebra la famosa Feria del libro durante unos días del mes de octubre.

Sin embargo, la ciudad de Frankfurt tiene una larga historia que se inicia en la época en que, como provincia romana, se la llamó Germania Superior. Para la historia de la literatura, Frankfurt se recordará siempre como la cuna de Johann Wolfgang von Goethe, quien nació en esta ciudad un día de agosto de 1749. Fue también en esta ciudad que el célebre poeta, novelista y dramaturgo alemán, a los 25 años de edad, escribió Las penas del joven Werther, la obra más representativa del Sturm und drang, movimiento cultural que inició la etapa romántica en la literatura, la cultura y la filosofía alemana del S. XVIII.

Hoy día, en octubre del 2010, Frankfurt está en la mira del ámbito de la cultura a través de la Feria del Libro, evento que atrae, durante cinco días, cerca de 300 000 visitantes, 150 000 editores y 12 000 periodistas del mundo entero. La Feria es, en realidad, un evento dedicado a la industria en torno al libro antes de su difusión al lector. Editores, traductores, agentes, escritores, libreros, distribuidores, gestores culturales, se reúnen durante unos pocos pero intensivos días para establecer contactos, comprar o vender derechos, ofrecer o recibir ofertas de traducciones, firmar convenios de cooperación, establecer un vínculo con un agente, un escritor o un editor. Los stands de las distintas editoriales sirven de marco para las negociaciones, y los relativamente pocos libros que los adornan están en exhibición y no a la venta. Durante los tres primeros días, la Feria recibe exclusivamente a la gente del gremio. Recién el fin de semana se abren las puertas al público en general, y algunas de las editoriales ponen a la venta los libros. Es decir: más negocios que evento cultural.

Cultura en movimiento

Esta definición, sin embargo, a pesar de no ser incorrecta, es quizás un poco injusta. La realidad es que, a la par de las reuniones de negocios, se realizan constantemente actividades de carácter literario y cultural que atraen tanto a los profesionales como a los aficionados al libro, la lectura y la cultura en general. El acontecimiento más importante cada año es, sin duda, la presentación del país invitado de honor y las actividades en torno a ese pabellón.

Este año, y con motivo del bicentenario que se celebra en varios países de América Latina, la elección recayó en la Argentina. El país del sur tuvo la oportunidad de estar en la mira y de atraer a los visitantes mostrando lo más representativo de la cultura nacional. Y se notó que la Argentina asumió este desafío con entusiasmo.  “Argentina: cultura en movimiento” fue el lema elegido y que intentó reflejar el dinamismo intelectual que es esencia misma del pensamiento crítico y la creación artística del país durante los doscientos años que han pasado desde la independencia de la corona española hasta el presente.

La preparación para la participación en la Feria del Libro de Frankfurt no escatimó recursos. El gobierno argentino, a través del COFRA (Comité para la participación de la Argentina como país Invitado de Honor en la Feria del Libro de Frankfurt), grupo constituido en la Cancillería argentina, creó el llamado Programa Sur en apoyo a la traducción y difusión de obras representativas del pensamiento y la creación artística argentina. Los 20 subsidios que se dispuso otorgar inicialmente se mostraron pronto insuficientes. El número se fue ampliando a medida que nuevas propuestas arribaban. El interés de escritores, traductores y editores en participar del proyecto parecía no tener fin. El número de subsidios se aumentó rápidamente a 100, pero luego de ocho meses, el cupo ya estaba cubierto y las solicitudes seguían llegando. Finalmente se otorgaron no menos de 291 subsidios, que dieron como fruto la traducción de no menos de 237 autores argentinos, a publicarse en 37 países en 32 idiomas diferentes (1), con un presupuesto de 800 000 dólares. Las cifras hablan por sí solas. Ésta fue una apuesta sin precedentes, y benefician sin duda tanto a los autores y al equipo en torno a la producción de los libros, como a los lectores que se beneficiarán por el acceso a los textos.

El pabellón argentino atrajo numerosos visitantes durante los cinco días que duró la Feria. En su mayoría, público de habla hispana, pero también algunos representantes del público local, quienes pudieron participar de las diversas actividades culturales (mesas redondas, lecturas, presentaciones de libros, etc) gracias al eficiente servicio de traducción simultánea que ofreció la Feria. La lista de representantes de la literatura y la cultura argentina en Frankfurt fue nutrida y abarcadora, aunque nos hubiera gustado ver más representantes de las más jóvenes generaciones literarias del país. Entre las escritoras presentes se destacaron Luisa Valenzuela, Ana María Shua, Elsa Osorio, Claudia Piñeiro, Tamara Kamenszain, María Negroni y Diana Bellesi. Entre los escritores, la figura de más convocatoria fue la del reciente Premio Cervantes, el poeta Juan Gelman. Otros apreciados participantes fueron Mempo Giardinelli, Alan Pauls, Federico Jeanmarie, Ariel Magnus, Martín Kohan y Guillermo Martínez. María Kodama atrajo una gran cantidad de oyentes, y muchos se sintieron atraídos por la fantástica interpretación de los tangos de Discépolo de Lidia Borda y su quinteto, un toque infaltable en la presentación de la cultura argentina.

Exhibición más que debate

Y a pesar de la calidad de los escritores presentes, el nivel de las participaciones en las distintas actividades culturales fue, con excepciones, bastante pobre. Desgano, algunas ausencias, ciertas fallas de coordinacion en los horarios, un discurso excesivamente académico en unos, un ego demasiado notable en otros; en resumen: faltó esa fascinación que a veces despierta en el público una figura carismática o un encendido debate literario. Al parecer, las objeciones que el escritor Andrés Rivera adujo para no participar en la Feria (a pesar de haber sido invitado oficialmente) estuvieron bastante cercanas a la realidad: “Los escritores argentinos nos hemos puesto muy pacíficos, no tenemos nada para discutir, si usted lo prefiere, nada para enfrentarnos, nada para polemizar”. La característica de muchas mesas y debates en Frankfurt fue justamente la ausencia de debate. Quizás fue el hecho de representar al país frente a un público fundamentalmente europeo que limitó el desarrollo de las polémicas o el debate cultural profundo que sin duda acontece dentro del país. La cultura “en movimiento” que se anunciaba en el eslogan pareció tomarse un descanso durante estos días.

La organización, sin embargo, fue muy satisfactoria. La presencia argentina fue generosa con el reparto gratuito de varios volúmenes muy interesantes (una antología de la poesía argentina, una antología del cuento argentino, una antología de ensayos, una traducción bilingüe de textos de tangos de Discépolo, un informativo catálogo bilingüe con presentación de la delegación argentina, etc.), además de variado material que parecía no acabarse nunca (bolsas de cartón, señaladores, afiches, postales). El interés del público, sin embargo, se enfrentó con la pertinaz decisión de los organizadores de no vender ninguno de los volúmenes que adornaban los stands de la delegación y de las editoriales argentinas. Las restricciones, por supuesto, no surtieron efecto. Los libros, de a poco, iban desapareciendo. Cuando el estudioso Jorge Monteleone terminó de presentar su hermosa y gruesísima antología (200 años de poesía argentina, editorial Alfaguara), debió confesar, consternado, que los cinco ejemplares que la editorial había traído y puesto en exposición habían sido robados. ¿Quién dijo que la poesía no atrae?

El cierre de la Feria tuvo, para concluír, un cierto toque mágico. En la tradicional ceremonia de cierre, donde el país invitado del año le pasa el testimonio al país que protagonizará el evento al año siguiente, se hizo presente el espíritu del escritor que quizás represente mejor la argentinidad, por lo menos a los ojos del mundo. Islandia, el país de las sagas tan amadas por Jorge Luis Borges, será el invitado de honor de la Feria del libro de Frankfurt el año próximo.



Nota:

(1) Estas 291 obras se publicarán en 37 países: Alemania, Italia, Francia, Brasil, EEUU, Reino Unido, Israel, Suiza, Holanda, Bulgaria, Federación Rusa, Austria, República Checa, Rumania, Portugal, Egipto, Grecia, Polonia, Canadá, Ucraina, Vietnam, Tailandia, Malasia, Hungría, Georgia, Turquía, Croacia, Serbia, Japón, Bélgica, Eslovenia, Noruega, Suecia, Corea del Sur, Armenia, República Popular China y Macedonia. Las publicaciones difundirán las obras argentinas en 32 idiomas: alemán (77 títulos), inglés (37), italiano (33), portugués (24), francés (23), hebreo (14), holandés (10), búlgaro (9), ruso (7), checo (6), rumano (6), griego (5), árabe (5), polaco (5), ucraniano (4), vietnamita (3), croata (2), georgiano (2), húngaro (2), malayo (2), serbio (2), tailandés (2), turco (2), armenio (1), eslovaco (1), coreano (1), esloveno (1), japonés (1), macedonio (1), mandarín (1), noruego (1) y sueco (1).

Las obra aprobadas (algunos títulos fueron traducidos a varios idiomas) comprenden: 162 novelas, 25 libros de poesía, 23 libros de cuentos, 7 antologías, 7 obras de dramaturgia (en total 20 obras), 7 libros de historietas, 7 ensayos histórico-políticos, 6 ensayos, 5 novelas infanto-juveniles, 5 obras de literatura infantil, 3 autobiografías, 3 crónicas, 3 libros de crítica literaria, 3 obras de literatura fantástica, 3 de ficción periodística, 3 relatos cortos, 2 crónicas de viajes, 2 de divulgación, 2 de investigación periodística, 1 de cultura culinaria, 1 de investigación periodística, 1 de memorias, 1 ensayo de economía, 1 nouvelle, 1 relato testimonial, 1 de narrativa infanto-juvenil y de testimonios infantiles, 1 de microrelatos, 1 narrativa completa y 1 antología poética y de cuentos.

Si bien hubo una importante edición de autores clásicos del siglo XIX y XX, la gran mayoría de los autores publicados están vivos (182 de total 237). En su gran mayoría, viven en la Ciudad o en la provincia de Buenos Aires, pero hay también representantes de las demás provincias argentinas. Algunos de estos escritores han vivido o viven en el exterior, 31 de ellos han sido exiliados y uno de ellos, Rodolfo Walsh, fue desaparecido durante la dictadura militar.

Los escritores más traducidos son los siguientes: Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Adolfo Bioy Casares, César Aira, Ricardo Piglia, Rodolfo Walsh, Pablo de Santis, Claudia Piñeiro, Alan Pauls, Ariel Magnus, María Rosa Lojo, Sergio Bizzio, Liliana Bodoc, Mempo Giardinelli, Liniers (Ricardo Siri) y Guillermo Martínez.

Dentro de este trabajo de difusión debe mencionarse la colaboración de las Cámaras de editores argentinos y, en especial, las Representaciones Diplomáticas y Consulares argentinas en el exterior para la difusión de la convocatoria del Programa Sur.

(Información tomada de: Argentina: cultura en movimiento/ Culture in motion/ Kultur in Bewegung, volumen de presentación de la participación argentina en Frankfurt. Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, Presidencia de la Nación, República Argentina)

1 comentario:

  1. fui a la feria del libro justo porque me estaba hospedando en un hotel en buenos aires y aproveche para ir.. la verdad los stands muy interesantes.

    ResponderEliminar